Evelyn podría suicidarse un día de estos, cuando recuerde que desde hace un tiempo no se le posa ya ninguna mariposa en la espalda, que los cuervos no le ven directamente a los ojos y que, por si fuera poco, sus pies ya no dejan huella en la arena.
Siempre recuerda esas manos: Que al tacto hinchaban las neuronas. Ese olor, que procura mantener a su lado, ese olor que si no resguardara en pequeños frascos en el estomago, pues los traga para llevarlos siempre con ella, ya no tendría.
Ya no sabe qué hacer cuando los labios se abren de pronto y preguntan de nuevo qué es lo que ha pasado: Golpearlos cruentamente, hasta que ya no puedan abrirse nunca más, cortarlos o simplemente, seguir buscando una respuesta, aunque a veces, la solución sea sacarse las tripas o bajar al precipicio.
hey, q onda :)
ResponderEliminarme gusto :D
esta bueno eso del frasco, inteligencia inmensa la que se carga usted :)
se le xtraña
o0oW!! está súper paike... q va nena, mucho talento =)
ResponderEliminarperverso!!
x0Xo
T0xXxiPo!
Oh me encanta tu literal visceralidad!
ResponderEliminar...es tan sugerente!
llena de imágenes...